sábado, 15 de octubre de 2016

SAN ANTOÑITO.



                                                                Tómas Carrasquilla.



obra: San Antoñito.


      Colombiano. Nació en un pueblo de Antioquia de una familia rica y aristocrática. Sus estudios de leyes fueron interrumpidos por la Revolución de 1874. Fue secretario del juzgado municipal y luego juez. A excepción de dos visitas a Bogotá (1896, 1915-1916), pasó toda la vida en Antioquia. Sus obras literarias son productos de una edad madura. Clasificado por mucho tiempo con los costumbristas hispanoamericanos que siguieron las huellas de Pereda, Carrasquilla ha sido “descubierto” últimamente como uno de los primeros novelistas y cuentistas artísticos. Aunque escribe sobre los personajes y el ambiente de su región, su obra tiene más trascendencia que la de los otros costumbristas. Es que se interesa más en la realidad y menos en la caricatura y luce un gran dominio del idioma. Autor de la novela histórica La marquesa de Yolombó (1928); de tres novelas regionales, Frutos de mi tierra (1896), Grandeza (1910) y Hace tiempos (1935-1936); y de varios cuentos largos. “San Antoñito” fue escrito en 1899 pero no se publicó hasta 1914 en España en una colección de seis cuentos de Carrasquilla titulada El padre Casafús.                                                  Resultado de imagen para imagenes de tomas carrasquilla




Carrasquilla crea el ambiente ultrarreligioso de la vida provinciana con el propósito de burlarse de él. Aunque el fin es inesperado, hay indicaciones anteriores que sólo tienen significado para los que conocen a Carrasquilla. El mismo título indica que el protagonista va a ser adorado por todas las mujeres. Por mucho que su actitud pasiva justifique su apodo, hay alguna que otra nota que hace sospechar al lector de que no se trata exclusivamente del amor religioso: “en quien vino a cifrar la buena señora su cariño tierno a la vez que extravagante, harto raro por cierto en gentes célibes y devotas”.
Se habla de las “seducciones” de Aguedita y de “la seducción del santo”. La insinuación más directa, e irónica a la vez, del desenlace se nota en la frase de Fulgencia: “y esa modestia: ni siquiera por curiosidad ha alzado a ver a Candelaria”, seguida de un párrafo que explica cómo las señoras vigilaban a la bien parecida Candelaria contra las asechanzas de los hombres.

Aunque la trama del cuento no es nada extraordinaria, su elaboración artística lo sitúa por encima de los otros cuentos realistas. El tono ameno, los personajes de lo que podría llamarse la clase media, la afición por lo pintoresco, las descripciones detalladas y el regionalismo en general corresponden al realismo del siglo xix. La conciencia artística de Carrasquilla, que lo distingue de sus contemporáneos de otros países, además de ser propia del genio del hombre, lo pone junto a los grandes hablistas colombianos que han dado a ese país la fama de lucir el mejor conocimiento del idioma español de toda Hispanoamérica.






 

 

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